Aún hoy puede suceder que el hecho de esperar un hijo sin situarse en el marco «ad hoc» del casamiento hunda a una mujer en los horrores terribles de la desesperanza. Temiendo ser el oprobio de la familia, a veces devoradas por la vergüenza, aplastadas por los prejuicios, creyendo perder su honorabilidad, estas mujeres rechazan por completo su embarazo, independientemente de si desean o no el niño. Para otras, ese rechazo, cualesquiera que sean sus razones, no es necesariamente un drama.
Una novela llamó mi atención. En ella, Guy de Maupassant, con el talento que se le conoce para describir los tormentos del alma humana, habiendo estado él mismo sujeto a angustias indecibles, nos cuenta un drama. « El niño » es una novela publicada en la revista Gil Blas, el 18 de septiembre de 1883 que Maupassant firma con su pseudónimo.
Remarquemos que Maupassant ya había escrito una novela con el mismo título en 1882, publicada en la revista Le Gaulois, firmado esta vez con su verdadero nombre. En esta última, de un tono más ligero, una mujer acoge calurosamente el hijo de la antigua amante de su marido que acaba de morir.
¡La otra novela, es otra historia !
Maupassant hace perceptible la desesperación, pero sobre todo el odio que una mujer puede sentir de sí misma a través del niño que crece dentro de ella.
« La idea de este niño creciendo en su vientre, de esta vergüenza viviente le había entrado en el alma como una flecha puntiaguda. Ella pensaba en esto sin parar». Es en el miedo y en lo ilimitado que se inicia para esta joven mujer, una lucha a muerte: « perdida, se golpeaba el vientre para matarlo, ese ser que la perdía. Era una lucha terrible entre ellos. Pero él no moría y, sin cesar, se agitaba como si se estuviera defendiendo. Ella se revolcaba sobre el parqué para aplastarlo contra la tierra ; trataba de dormir con un peso sobre el cuerpo para asfixiarlo. Lo odiaba como se odia al enemigo encarnizado que amenaza vuestra vida. » [1] Aquí, el niño no sirve como compensación fálica, ¡es reducido a un objeto a eliminar !
El título de Pipol, con su signo de interrogación, permite cuestionar el querer como el no querer, pero también la diferencia que existe entre voluntad y deseo, aunque sea extravagante. De esta diferencia se hablará en los diferentes textos de esta nueva serie que les propone Ombilic.
Solenne Albert se pregunta : ¿qué es una madre ? Y, de entrada, será cuestión de la diferencia entre madre y mujer, de la manera singular que una madre que es también una mujer, ama, goza ¡y desea! Irene Domínguez, por su parte, vuelve sobre la brecha que Lacan ha operado durante toda su enseñanza, con respecto al padre, distancia que se inscribe así mismo en el deseo de un niño que puede “prescindir del Nombre del padre con la condición de utilizarlo”.
Por último, Claudia Iddan nos invita a considerar esta diferencia como una falla, la que existe entre la demanda y el deseo, la reproducción y la procreación y, finalmente, entre la dimensión de la biología y de la creación.
De creación será cuestión en la entrevista orquestada por Céline Danloy. Para Pipol 10, ella se reunió con Delphine Hachez, fotógrafa de partos que intenta « captar la vida que aparece », al mismo tiempo que borra, gracias al blanco y negro, la dimensión de lo real del nacimiento, para solo retener el color de las emociones.
Y ya que estamos hablando de fotos, los invito a descubrir la galería que encontrarán en el blog de PIPOL 10, ¡donde podrán encontrar las fotos de los artistas que han aceptado compartir su creación !
¡Buen descubrimiento!
Traducción: Micaela Frattura
Fotografía: ©Caruel Ursula : www.ursulacaruel.com
Bibliografía
Ansermet, F (2015) «La fabricación de los hijos» Ed UNSAM EDITA, BS. As, 2018, pág. 43.
N.d.T : el título del artículo en francés se presta a jugar del equívoco por homofonía. Entre los significantes «l’enfant » (niño), «l’enfer » (el infierno ) y «en faire » (literalmente sería « hacerlo ? »
[1] de Maupassant G., L’enfant, nouvelle publiée dans Gil Blas le 18 septembre 1883 sous la signature de Maufrigneuse.