Experiencia: si usted escribe «deseo de tener un hijo» en Google, al instante se encuentra con un sitio del mismo nombre que anuncia una «Feria gratuita de la Paternidad y de la Fertilidad», el 4 y 5 de septiembre de 2021 en París. Con el telón de fondo de la mirada gris azulada de un bebé exquisito, anuncian, reunidos en un solo lugar, «Los especialistas, los consejos, los productos, las informaciones fiables y el apoyo para ayudarlo a comenzar o agrandar su familia». A continuación, se muestran los logotipos de las muchas organizaciones que patrocinan e invierten en esta feria dedicada a los candidatos de la «parentalidad»: desde clínicas especializadas en reproducción asistida hasta laboratorios vendiendo productos fertilizantes, desde bancos de esperma hasta clínicas de donación de ovocitos. Está indicado que esta feria es «puramente informativa y no comercial», un enunciado en forma de denegación que preside esta lista de socios, de la que recientemente ha desaparecido una asociación que ofrecía coaching en «proyecto parental», por videoconferencia.
Esto es una novedad en Francia. ¿Es esto un paso más, dado por el extraño deseo de tener un hijo? Este deseo, que fue enigmático, de repente se convierte en un derecho. El peso de la religión siempre lo ha designado como un deber. La sociedad capitalista, alimentada por el avance galopante de las técnicas científicas, lo transforma en un derecho a tener. Como observa Dominique Laurent, en su prólogo al trabajo de nuestra colega Catherine Vacher-Vitasse, “el niño proyectado por estas técnicas se ha convertido no solo en un objeto de deseo, sino también en una demanda admisible en derecho a las autoridades médicas si el deseo está obstaculizado por la naturaleza”[1]. Ella precisa que podemos esperar ver una creciente demanda del “Diagnóstico preimplantacional (DGP) para elegir el sexo del niño, o la selección de gametos para supuesto desempeño como es el caso en varios países, que inscriben al niño producido en una economía de mercado»[2].
La procreación, dice C. Vacher-Vitasse «no es el deseo de tener un hijo, aunque se mantenga la confusión en los centros de procreación asistida médicamente»[3] y su obra Enigmas del cuerpo femenino y el deseo de tener un niño, nos da varios ejemplos clínicos apasionantes, delicadamente recopilados y justos para esclarecer la cuestión planteada por el Congreso PIPOL.
El niño, desde el nacimiento del psicoanálisis, es visto por Freud como articulado al deseo femenino. Para algunas mujeres, él dice que: « En el niño que dan a luz se les enfrenta una parte de su cuerpo propio como un objeto extraño al que ahora pueden brindar, desde el narcisismo, el pleno amor de objeto[4]”. El niño se ofrece desde allí como una trampa narcisista en 1914 y nuestra época moderna no alivia esto de ninguna manera, ya que los dolores del narcisismo se han extendido bajo muchas formas.El deseo de tener un hijo, como todo deseo, incluye una parte de enigma. ¿Por qué surge este deseo? ¿Por qué ahora ? ¿Por qué con esta pareja? ¿O sin? ¿Qué nos promete? Este evento parisino titulado «El deseo de niño» promete borrar estas abundantes preguntas reemplazándolas por una sola: ¿cómo hacer? Ella trata de reabsorber la cuestión del deseo, aunque sea promovido en el título, como un deseo no contaminado por la más mínima duda, teniendo más al proyecto que al deseo mismo, como un “deseo en kit”. El niño, el bebé, se convierte entonces en la representación-trampa de todas las expectativas febriles, dando consistencia a un objeto ideal, perfecto, que llegaría en el momento oportuno.Las técnicas no son a criticar aquí, pero sin duda podemos cuestionar el objetivo de esta autopista de la información que constituye esta feria dirigida hacia los futuros padres …Hoy en día, el niño es raramente un «accidente», sino más bien un efecto deliberado, en nuestras sociedades ricas transformadas por el progreso de la ciencia. ¿Feliz mutación o modernidad inquietante? Ni lo uno ni lo otro, sin duda… Cada parlêtre, tanto si llegó al mundo a bordo de una cigüeña como si su prehistoria personal estuvo alojada en un alvéolo de hielo, se cuestionará ocasionalmente sobre el deseo que ha presidido su venida al mundo y sobre la forma en que este deseo ha extendido su sombra sobre el suyo …
Traducción: Rosana Montani-Sedoud
Revisión: Norma Lafuente
Fotografía: ©Béatrice Pettiaux
[1] Vacher-Vitasse C., Énigmes du corps féminin et désir d’enfant, Nîmes,Champ social Éditions, 2018, p. 16.
[2] Ibid, p. 18-19.
[3] Ibid, p. 88.
[4] Freud, S., « Introducción al narcisismo » en Obras completas, Volumen 14, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1986, p.86